domingo, 22 de diciembre de 2013

Memorias de una Geisha

Sinopsis

En Memorias de una geisha Arthur Golden abre una ventana al hermético y misterioso mundo de las geishas de Kyoto, donde la sensualidad y la belleza se dan la mano con la degradación y el sometimiento. Poco antes de su muerte, Sayuri relata a un amigo su atribulada y fascinante vida: cómo, desde una mísera infancia, llegó a convertirse en una de las geishas más famosas del Japón de entreguerras, un país en el que aún resonaban los ecos feudales y donde las tradiciones ancestrales empezaban a convivir con los modos del mundo moderno. Apasionante y sorprendente.


Reseña

A pesar de ser una historia ficticia, el autor ha sabido captar fielmente la esencia, el misterio y el cierto erotismo que envuelve a estas extraordinarias y espectaculares mujeres.


Esto fue lo que más me gustó del libro. La cultura japonesa siempre me ha parecido muy exótica a la vez que lejana, por lo que gracias a esta pequeña joyita he podido conocer a un antiguo sector de la población desconocido para mí. Siempre pensaba que eran simples amantes, pero la realidad es algo diferente. Son mujeres arrancadas de su hogar desde pequeñas, sentenciadas sin remedio a una vida que ellas no eligieron por el hecho de no tener a donde ir, pues la alternativa que les queda es poco menos que humillante (prostitución). Obligadas a aprender las artes propias de las geishas y a vestir, maquillarse y peinarse como tal, el libro relata con exquisita fiabilidad las penurias por las que pasan estas criaturas. 

En este sentido, nuestra protagonista Chiyo y más tarde bautizada con su nombre de geisha Sayuri, es una de tantas niñas vendidas a las okiyas para que sirvan como criadas en principio y más tarde, si demuestran sus habilidades en el arte, convertirse en geishas. Se ve en ella los cambios que realiza tanto a nivel físico como psicológico, las adversidades por las que pasa a lo largo de su estancia en Gion, la capital por excelencia de las geishas, y sobre todo sus roces con la actual geisha de su okiya, Hatsumono. 

Lo maravilloso de esta novela y el tema principal, es que a pesar de todos estos factores, ella no cesa en su empeño de ser la amante de su amado Presidente, un hombre de negocios del cual está enamorada (valgan las redundancias, pero quiero que quede claro). ¡Y he aquí el qui de la cuestión! A las geishas no les está permitido amar... son simples obras de arte, bellas de contemplar, buenas acompañantes y en caso de que consigan un danna, un protector, simples amantes. Pero de cara al público no les esta permitido amar, ni casarse, aunque si tener hijos. Esta es la piedra angular en la que se sostiene la historia. Toda la vida de Sayuri y sus esfuerzos van dirigidos única y exclusivamente a acercarse al Presidente. Bonito, ¿no creeís?

Como bien relata uno de los personajes del libro, Mameha, "las geishas no se convierten en tal porque lo deseen, si no porque no les queda otro remedio". 

Muy recomendable si buscáis acercaros a una cultura tan mística como la japonesa, si queréis conocer el mundo de las geishas y si buscáis historias de amor a lo mejor no tan apasionadas como otras en el sentido sexual pero si en el sentido espiritual. En difinitiva, para los que busquéis un libro un poco diferente.


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